The overwhelming loss of life in this country in 2020 due to racism, violence, and the pandemic has brought us to our knees. I feel the crushing blow of ineffective leadership in my every moment. The magnitude of the loss of life by the most marginalized populations has shifted my perspective about being a citizen of this country. I am afraid and mournful beyond measure. My portrayal of the white Madonna holding a lifeless infant of color is a representation, not only of our current circumstance, but also the history of our country since its inception. 2020 has been a wake-up call for me and it is my hope that my art is counted as a voice of solidarity with those who have raised their voices and risked their lives against policies that promote violence and oppression.
La abrumadora pérdida de vidas en este país en el 2020 debido al racismo, la violencia y la pandemia nos ha puesto de rodillas. Siento el golpe aplastante de un liderazgo ineficaz en cada momento. La magnitud de la pérdida de vidas de las poblaciones más marginadas ha cambiado mi perspectiva sobre ser ciudadana de este país. Tengo miedo y estoy triste sin medida. Mi retrato de la Madonna blanca sosteniendo a un bebé de color sin vida es una representación, no solo de nuestra circunstancia actual, sino también de la historia de nuestro país desde sus inicios. El 2020 ha sido una llamada de atención para mí y tengo la esperanza de que mi arte se cuente como una voz de solidaridad con aquellos que han alzado la voz y arriesgado sus vidas contra las políticas que promueven la violencia y la opresión.