The southern Arizona landscape has always appealed to me, but in normal times my appreciation was purely visual. Several events due to the pandemic led to my artwork here. First, the shutdown freed up my time. Second, while working on one of the items on my shutdown “to-do” list, i.e. organizing my art materials, I found some long-forgotten soft pastels — not a medium I’ve used in the past. Third, I needed an outside activity for my physical and mental health. All of these led to my exploring Tucson’s surroundings, carrying my drawing materials to various areas in the mountains and spending a few hours studying the landscape and learning to use pastels. As a result, I’ve discovered a new, enjoyable medium, a distraction from current events and a way to cope with current stresses, and a more intimate connection with the local area.
El paisaje del sur de Arizona siempre me ha atraído, pero en tiempos normales mi apreciación era puramente visual. Varios sucesos debidos a la pandemia han llevado mi trabajo artístico hasta aquí. Primero, el encierro me proporcionó más tiempo. En segundo lugar, mientras trabajaba en uno de los puntos de mi lista de “tareas pendientes” durante el encierro, es decir, la organización de los materiales de arte, encontré algunos pasteles blandos olvidados hace tiempo, materiales que no había usado en el pasado. Tercero, necesitaba una actividad externa para mi salud física y mental. Todo esto me llevó a explorar los alrededores de Tucson, llevando mis materiales de dibujo a varias áreas de las montañas, y pasando unas horas estudiando el paisaje y aprendiendo a pintar con pastel. El resultado es que he descubierto un nuevo y agradable medio, una distracción de los acontecimientos actuales y una manera de hacer frente a las tensiones actuales, y una conexión más íntima con el área local.